En un instante, en un simple segundo, te pueden pasar mil cosas; puedes tropezarte, reír, llorar y deprimirte, e incluso cruzarte con su mirada y darte cuenta de cómo él, sonríe.
En una milésima de segundo puedes notar como empieza a latir tu corazón exageradamente, cómo aparece esa maldita piel de gallina causada por una de sus cálidas caricias o de un leve susurro. Cuando te empieza a hacer cosquillas y apenas puede respirar, cuando te acomodas en su pecho, te abraza, te da un beso y te dice que quiere una vida junto a ti..
 Y en un simple segundo, en uno solo, ves cómo todo desaparece, es el simple truco de magia, no sabes el motivo ni dónde se va, ni siquiera cuando aparecerá, y, en la gran mayoría de casos, te toca esperar.