YO MATARÉ MONSTRUOS POR TI.

29 de enero de 2012

Tus besos.

Anhelo tus besos como el nómada anhela el sorbo de agua en sus labios.
Anhelo tus besos como el niño que anhela ser acobijado en los brazos de su madre.
Anhelo tus besos como el águila anhela la llegada de su renovación corporal.
Anhelo tus besos más que el alimento, más que el aire que respiro.
Soñar en un mundo lleno de irónicas situaciones que se plasmarán al alcance de nuestras manos.
Tus manos, manos suaves y tersas, manos que, con dulzura, acarician mi rostro y en un lenguaje icónico me dicen que me aman.
Anhelo tus besos porque para esto he nacido, para anhelarte, para desearte cerca de mí.
Anhelo tus besos y su llegada, el momento cuando nuestros labios se unan.
Anhelo tus besos porque tus besos son vida, tus caricias, aroma fragante que endulza todo en derredor.
Me guío por tus besos, por los besos que son el lenguaje indirecto del corazón.
Porque tus besos son como el manantial encontrado entre las rocas,
son la salida a mi sufrimiento pasional.
Bésame, si así tu alma lo siente, hazlo.
Entrégame tus labios como el día se entrega a la noche y el sol se oculta para dar vida a la luna.
Dame ese privilegio, no te calles, no me ignores.
Presta atención a mi alma que grita, su voz es llevada por los vientos cálidos de la mañana.
Alma triste, alma angustiada, alma que pierde su color quedando casi muerta.
No quisiera irme, no quisiera dejarte..
No quisiera cambiar la existencia de todas las sombras ideales marcadas por mi fatídico deseo de amar.
Correspóndeme tus besos, como mi amor corresponde al tuyo.

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